Guión negro

20080806 | |

Somos dieciséis
hace ya
tres mayos
y
un frío junio,
seguimos llegando al tercer piso nosotros,
uno que otro se ha quedado,
algunos siempre hemos llegado solos.
Una que otra me a desconcentrado,
y esta ella,
esa que se sienta ahí en algún lugar perdido
(D-13).
Llego un martes,
yo llevaba una que otra semana sentado
en el ultimo piso,
ella apareció con un abrigo negro,
en el pelo: un cintillo blanco en contrapuesto,
pantalón largo oscuro y
unos audífonos que le recorrían buena parte de su cuerpo,
en esos imagino,
por el ritmo de llevar sus pies contra el piso,
se escuchaba algún sonido rock,
de esos grupos antiguos.
Ella apresuraba el paso a ratos,
y luego solemnemente,
como cada día,
hasta la semana recién pasada,
parecía que se pusiera a buscar una canción,
imagino que le traería recuerdos
pues solo ahí dejaba de entregar vida,
detenía sus pies aun con los audífonos puestos,
sus manos se quedaban en los soportes de su asiento,
enfriaba su rostro con un suspiro y
se quedaba en un silencio perpetuo de piedra fría…
De pronto se apagaban las luciérnagas de cada fila,
seguía el brillo del reproductor
para conseguir dejarlo en modo apagado,
lo observaba,
y muy lentamente lo olvidaba.
Luego se quitaba los audífonos,
esbozaba entonces una tímida sonrisa,
fingía despejar su cara de una mecha antojadiza,
mientras que con uno de sus dedos,
que la oscuridad me escondía,
refregaba su ojo más sensible a la melancolía.
Corrían los adelantos que el teatro proyectaba en cartelera,
mientras ella acallaba su teléfono,
yo pensaba en quien pensaría.
Se ataba los cordones con un dejo de simpatía,
y parecía impacientarse en la espera de lo que vendría.
Esa fue rutina de los ultimas funciones,
llegaba siempre al cine,
pienso que lo de la orquesta en ocasiones se le olvida.
Anoche llego tarde a ver lo la película,
en su asiento había una señora
a quien siempre yo veía desde arriba,
entonces me pidió permiso solo con un gesto,
se sentó a dos puestos de mi,
me pregunte si ya me reconocería.
La cinta rodaba ya en los interminables créditos de la partida,
la primera escena muy yanqui,
de reojo pude notar que se reía,
suele hacerlo con las que toman aires de comedia gringa,
como mofándose de lo primitiva de la secuencia.
Mientras aparecían los protagonistas me fije en su mirada triste,
y la ausencia de la música que le solía hacer compañía.
En medio de la cinta se comenzó a hacer aburrida,
sentí que bostezaba y pensé en acercarme y decirle lo que sentía,
aunque no sabia bien que le diría,
así que me mantuve sentado,
mientras aparecían besos en la pantalla,
y una canción de a dos resonó en la sala,
salio disparada de su puesto,
me pidió espacio para salir,
mire su cara y sentí algo como amor,
ella vio mis ojos y se sonrió de nervios,
paso antojadizamente por delante de mi,
antes de que saliera de la sala la seguí,
baje las escaleras tras de ella,
mientras a lo lejos aun sonaba esa melodía
ya con la voz perdida,
ella pasaba de un escalón a otro a brincos,
de seguro me veía,
llego a la salida del teatro
ya con mas de una lagrima en su cara,
la tome del brazo,
se detuvo
y
me beso.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos Pendejo!

noctunia dijo...

en tu cumple se me ocurrio pasar por tu blog
y me detuve en guion negro ,
lo lei entero
aunque solo iba a mirar rapidamente

otro dia pasare por aqui
espeor que estes bien
y reitero mi saludo cumpleañero
besos
xau!

Anónimo dijo...

me encantó